lunes, 27 de enero de 2014

Mona Lisa en el Museo del Prado



 Trabajo realizado por Rodrigo Casas



El Museo del Prado cuenta con una copia de la Mona Lisa contemporánea a la del Louvre.
Hasta fechas recientes, esta pintura era considerada como una más de las muchas versiones existentes del célebre cuadro homónimo de Leonardo da Vinci conservado en el Museo del Louvre, del que se diferenciaba ante todo por el fondo negro, la menor calidad del dibujo y la ausencia del característico sfumatoleonardesco. Procede de la colección real, donde probablemente se registra ya en 1666 en la Galería del Mediodía del Alcázar como una ''mujer de mano de Leonardo Abince''. 

El estudio técnico y la restauración realizados entre 2011 y 2012 han revelado, sin embargo, que se trata de la copia de la Mona Lisa más temprana conocida hasta el momento y uno de los testimonios más significativos de los procedimientos de Leonardo. La existencia del paisaje bajo el fondo oscuro se detectó a través de una reflectografía infrarroja y una radiografía. Análisis posteriores permitieron detectar que el repinte era posterior a 1750 y que debajo se conservaba el paisaje original en buen estado, aunque inacabado en algunas zonas, lo que pudo ser la causa de su enmascaramiento. 
Los materiales utilizados son de gran calidad y su factura es muy cuidada, a pesar de la inferior calidad respecto al original. Pero su mayor interés reside en que, desde el dibujo preparatorio y hasta casi los últimos estadios se repite el proceso creativo del original. Las dimensiones de ambas figuras son idénticas y fueron quizá calcadas partiendo del mismo cartón. La prueba más evidente de que las dos obras fueron realizadas al mismo tiempo es que cada una de las correcciones del dibujo subyacente original se repite en la versión del Prado, lo que demuestra que su autor tuvo en cuenta elementos que Leonardo dibujó en las capas subyacentes pero no incluyó en la superficie. 
Todos estos elementos apuntan a un miembro del taller de Leonardo, próximo a Salai o a Francesco Melzi, los alumnos más cercanos al maestro y que tenían acceso directo a sus dibujos de paisaje. 

Mes de Japón en el Museo del Prado



Trabajo realizado por Amaya  Merinero

La pinacoteca expone sus escasamente conocidos fondos de arte nipón y recibe el préstamo de dos obras maestras del biombo.



‘Panorama del lago Shinobazu desde el templo Kiyomizu, en Ueno’,  de Toyohara Chikanobu.

En una fecha tan poco halagüeña como junio de 1936, recaló en el Museo de Arte Moderno de Madrid una muestra internacional de estampas japonesas procedente de París y Ginebra. Con tal motivo, y más o menos cuando la cordura andaba haciendo las maletas para dejar a España sumida en la Guerra Civil, el director de la institución decidió comprar una veintena de aquellos ejemplares llegados de Oriente. Esa adquisición, una selección cuidadosa que pretendía representar las vicisitudes históricas del grabado nipón, forma el corazón de la colección de obras japonesas en papel del Prado, así como el núcleo brillante de una delicada muestra que estos días sirve en las salas del XIX de la pinacoteca para conmemorar el Año Dual España-Japón, justo ahora que se cumplen cuatro siglos del inicio de relaciones diplomáticas entre ambos países.
Esos grabados de extraordinaria precisión han permanecido, junto a otra remesa adquirida en 1955, ocultos en los fondos del museo, “bien atesorados, pero mal catalogados”, según explica José Manuel Matilla, Jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del Prado y comisario de la exposición. […]

UNA OBRA DE HOOPER, VENDIDA POR 29’5 MILLONES DE EUROS, RÉCORD DEL ARTISTA



 Trabajo realizado por Enrique J Suarez







Hoy, la protagonista de las subastas de pintura americana en Nueva York es la del artista Edward Hopper. Su obra «East Wind Over Weehawken» (1934) se ha vendido por 40,4 millones de dólares (29,5 millones de euros), convirtiéndose en un nuevo récord para el artista. Ha superado ampliamente el precio estimado, que era de 28 millones de dólares (20,6 millones de euros).
Se trata de uno de los emblemáticos paisajes urbanos pintados por Hopper. Concretamente, de un suburbio de Nueva Jersey y fue creado en un momento crucial de su carrera. La obra está impregnada de un sentimiento de melancolía y soledad, tan característico del trabajo de Hopper, subrayado por el cielo de color gris y los colores de los edificios. El cuadro procede de la colección de la Pennsylvania Academy of the Fine Arts (PAFA).
La Pennsylvania Academy of the Fine Arts compró el cuadro de Hopper en 1952 al marchante de arte Rehn por 2.750 dólares. El director del museo advierte que la institución conservará sus otras pinturas de Hopper.
«East Wind Over Weehawken»  es la única obra que el museo vende para recaudar fondos. El 25% de sus beneficios se dedicará a la colección clásica, y tres cuartas partes irán destinadas al arte contemporáneo.
Son 22 obras de Hopper las que se han subastado en los últimos 25 años. En mayo, «Blackwell’s Island» (1928) se vendió por 19 millones de dólares al Crystal Bridges Museum of American Art de Bentonville. Los precios de las pinturas de Hopper se han disparado en el mercado. Hay una gran demanda de los coleccionistas, que adoran sus trabajos.

Hildebrand Gurlitt, “marchante del Führer”

   Trabajo realizado por Adrián Rioja.



 Ficha del ejército estadounidense de una obra de Jules Pascin encontrada en el castillo de Aschbach.


http://cultura.elpais.com/cultura/2013/12/28/actualidad/1388264703_765897.html

Cuando el arte llega a ser un icono.

Trabajo realizado por Carlota Martínez.



http://www.abc.es/cultura/arte/20140119/abci-obras-arte-iconos-sagrados-201401162213.html

viernes, 17 de enero de 2014

Visita virtual al museo del Prado





 pincha para entrar
 http://www.google.es/intl/es/landing/prado/



Visita virtual del Museo del Prado 

pincha para entrar

 http://maestroviejo.wordpress.com/2012/04/23/visita-virtual-del-museo-del-prado/


página oficial del museo del Prado
https://www.museodelprado.es/coleccion/galeria-on-line/

Mona Lisa en el Museo del Prado




 Trabajo realizado por Rodrigo Casas.






El Museo del Prado cuenta con una copia de la Mona Lisa contemporánea a la del Louvre.
Hasta fechas recientes, esta pintura era considerada como una más de las muchas versiones existentes del célebre cuadro homónimo de Leonardo da Vinci conservado en el Museo del Louvre, del que se diferenciaba ante todo por el fondo negro, la menor calidad del dibujo y la ausencia del característico sfumatoleonardesco. Procede de la colección real, donde probablemente se registra ya en 1666 en la Galería del Mediodía del Alcázar como una ''mujer de mano de Leonardo Abince''. 

El estudio técnico y la restauración realizados entre 2011 y 2012 han revelado, sin embargo, que se trata de la copia de la Mona Lisa más temprana conocida hasta el momento y uno de los testimonios más significativos de los procedimientos de Leonardo. La existencia del paisaje bajo el fondo oscuro se detectó a través de una reflectografía infrarroja y una radiografía. Análisis posteriores permitieron detectar que el repinte era posterior a 1750 y que debajo se conservaba el paisaje original en buen estado, aunque inacabado en algunas zonas, lo que pudo ser la causa de su enmascaramiento. 
Los materiales utilizados son de gran calidad y su factura es muy cuidada, a pesar de la inferior calidad respecto al original. Pero su mayor interés reside en que, desde el dibujo preparatorio y hasta casi los últimos estadios se repite el proceso creativo del original. Las dimensiones de ambas figuras son idénticas y fueron quizá calcadas partiendo del mismo cartón. La prueba más evidente de que las dos obras fueron realizadas al mismo tiempo es que cada una de las correcciones del dibujo subyacente original se repite en la versión del Prado, lo que demuestra que su autor tuvo en cuenta elementos que Leonardo dibujó en las capas subyacentes pero no incluyó en la superficie. 
Todos estos elementos apuntan a un miembro del taller de Leonardo, próximo a Salai o a Francesco Melzi, los alumnos más cercanos al maestro y que tenían acceso directo a sus dibujos de paisaje. 

miércoles, 15 de enero de 2014

El grandilocuente proyecto del Sharq Crossing de Santiago Calatrava.



Trabajo realizado por Sergio Urizarna





SHARQ CROSSING


El arquitecto valenciano, Santiago Calatrava, famoso por sus polémicos edificios – El Museo de las Artes y las Ciencias de Valencia, El Auditorio de Tenerife o el Turning Torso en Suecia – caracterizados por su alto precio, su alto mantenimiento, su gran parecido y su dudosa funcionalidad, está trabajando en el grandilocuente proyecto del Sharq Crossing. Un conjunto de tres puentes cuya función será la de conectar el distrito cultural de la ciudad de Doha – capital de Qatar - con el aeropuerto internacional de Hamad y el distrito central de la misma.

Este gran proyecto está diseñado para permitir el paso de 2000 vehículos por hora a través de una de sus pistas. También contará con una serie de túneles submarinos para gestionar y dirigir el flujo de tráfico a través de la bahía. Además de la labor de descongestión del tráfico, este proyecto también servirá para seguir exaltando la imagen de la ciudad catarí., en auge gracias a las grandes cantidades de petróleo que reúne.

Por otro lado, esta gran obra de ingeniaría a la que se suma también el estadio Zaha Hadid, servirán a Qatar de escaparate al mundo, ya que en 2022 se disputará en este país el Mundial de Fútbol, que adquiere gran repercusión mundial. El problema se centra en la manera en que ambos edificios van a ser construidos ya que reciben fuertes críticas de la prensa mundial debido a la explotación de los peones que allí trabajan – con sueldos miserables y durante largas jornadas – Estos hombres vienen de países en los que la mano de obra vale muy poco con la intención de cambiar su suerte pero se dan cuenta de que aquí vale aún menos.

Por último Calatrava cree que esta maravilla arquitectónica, dotará a Doha de una mayor majestuosidad – si cabe – y aportará grandes comodidades a la comunidad aparte de ofrecer una gran vistosidad, ya que los colores y diseños empleados encajan a la perfección en el azul del mar.